¿Sabes lo que le pasa a tu cuerpo cuando estas estresado?

¿Sabes lo que le pasa a tu cuerpo cuando estás estresado?

El estrés es positivo cuando te  ayuda a estar alerta, motivado y centrado en la tarea que te ocupa. Pero causa muchos problemas en tu salud si se mantiene por periodos de tiempo prolongados.

Las causas que provocan el estrés  son muchas. 

  • Cómo percibes  el entorno donde vives.
  • Las sensaciones que sientes en tu cuerpo.  
  • Tus propios pensamientos. 
  • Cómo ves el mundo que te rodea. 

Sentirte estresado en momentos de tensión, como puede ser la época de exámenes, ante una entrevista de trabajo, la pérdida de un ser querido,  es  natural, y tu cuerpo está  diseñado psicológicamente para lidiar con ello y reaccionar.

Cuando te sientes sometido a alguna situación de tensión, tu sistema nervioso le da instrucciones al cuerpo para que libere las hormonas del estrés, la adrenalina y el cortisol.

Estos realizan cambios fisiológicos en el organismo con el objetivo  de ayudarte a hacer frente a la amenaza o al peligro que ves que se está acercando a ti. Sea real o imaginario producto de tus pensamientos.

Es lo que se conoce como «respuesta de estrés» o reacción «de lucha o huida».

En realidad, el estrés puede ser positivo, por que  te ayuda a estar alerta, motivado y centrado en la tarea que te ocupa. 

Normalmente, cuando el estrés disminuye, tu cuerpo recupera el equilibrio y vuelves a sentirte tranquilo.

Pero cuando experimentas el estrés muy seguido, durante mucho tiempo, o cuando los sentimientos negativos son superiores a tu capacidad de salir adelante, surgen los problemas de salud. 

La activación continua del sistema nervioso ‒al experimentar la «respuesta de estrés»‒ provoca un desgaste del organismo.

Qué le pasa a tu cuerpo cuando estás estresado

El sistema respiratorio

Sistema respiratorio

El sistema respiratorio suministra oxígeno a las células y elimina los desechos de dióxido de carbono del cuerpo. 

El aire entra por la nariz y pasa por la laringe en la garganta, baja por la tráquea y llega a los pulmones a través de los bronquios. Los bronquiolos luego transfieren oxígeno a los glóbulos rojos para que circulen.

El estrés y las emociones fuertes  presentan síntomas respiratorios, como dificultad para respirar y la respiración rápida, debido a que las vías respiratorias entre la nariz y los pulmones se contraen.

Para las personas sin enfermedades respiratorias, esto generalmente no es un problema, ya que el cuerpo puede controlar el trabajo adicional para respirar bien.

Pero los factores de estrés psicológico para las personas con enfermedades respiratorias preexistentes como asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC; incluye enfisema y bronquitis crónica) se les  agudizan los problemas respiratorios.

Algunos estudios muestran que un estrés agudo, provocado por la muerte de un ser querido,  puede desencadenar ataques de asma.

Además, la respiración rápida (o hiperventilación) causada por el estrés también puede provocar  ataques de pánico.

Aprender a respirar conscientemente te ayuda a manejar mejor los momentos de estrés.

El sistema inmunológico

El estrés causa daños en el sistema inmunitario. El cortisol liberado en el organismo inhibe tanto este sistema como las vías inflamatorias, así que te vuelves más vulnerable a las infecciones y a las inflamaciones crónicas.

Tu capacidad de defenderte de las enfermedades se reduce.

El sistema músculo esquelético

El sistema músculo esquelético también sufre los efectos del estrés. Los músculos se tensan, que es la manera natural que tiene el cuerpo de protegerte de las heridas y el dolor. La tensión muscular repetida puede provocar molestias y dolores en el cuerpo, y cuando esto ocurre en los hombros, el cuello y la cabeza, puede provocar  cefaleas y migrañas por tensión.

Sistema cardiovascular

También se producen efectos cardiovasculares. Cuando el estrés es agudo (en ese preciso momento), la frecuencia cardíaca y la presión arterial suben. Y vuelven a la normalidad una vez  ha pasado la causa que lo provocó. 

Si  experimentas estrés agudo repetidamente o si el estrés se convierte en crónico (si se prolonga durante un periodo largo de tiempo), te puede provocar daños en las venas y las arterias. Esto incrementa el riesgo de sufrir hipertensión, ataques al corazón o infartos.

El sistema endocrino

El sistema endocrino también sufre. Este sistema desempeña un importante papel en la regulación del estado de ánimo, el crecimiento y el desarrollo, la función de los tejidos, el metabolismo y los procesos reproductivos

Las señales de estrés procedentes del hipotálamo (El hipotálamo está situado en el cerebro y cumple una función clave en la conexión del sistema endocrino con el sistema nervioso) disparan la liberación de las hormonas del estrés cortisol y epinefrina.  El hígado produce más azúcar y la envía a la sangre (glucosa) para abastecer la energía que necesita tu cuerpo para enfrentarse a la situación estresante. 

La mayoría de la gente absorbe esta  glucosa suplementaria cuando el estrés disminuye, pero para otras personas esto supone un riesgo mayor de sufrir diabetes.

Sistema Gastrointestinal

El estrés también provoca  desagradables efectos gastrointestinales.

Puedes sufrir ardor de estómago y reflujo ácido, especialmente si has cambiado los hábitos alimentarios para comer más o menos, o has aumentado el consumo de alimentos grasos o dulces. La capacidad del intestino de absorber los nutrientes de lo que comes se reduce, y comienzas a  padecer  de dolor de estómago, hinchazón, náuseas, diarrea o estreñimiento.

El sistema reproductivo

Asimismo, puedes presentar problemas con el sistema reproductivo. En el caso de los hombres, el estrés crónico puede afectar a la producción de testosterona y esperma. Incluso puede provocar disfunción eréctil o impotencia. Las mujeres pueden sufrir cambios en el ciclo menstrual y otros síntomas premenstruales.

El estrés y la mente

el estrés y la mente

El estrés  tiene un notable efecto en tu bienestar emocional. En la vida diaria es normal que experimentes cambios emocionales.

Cuando estás muy estresado comienzas a sentirte cansado,  de mal humor y te sentirás más irritables de lo normal.

El estrés provoca hiperexcitación, y puedes tener dificultades para dormir.

Dormir mal o en algunos casos no dormir  es perjudicial para la concentración, la atención, el aprendizaje y la memoria.

Las investigaciones han relacionado la falta de sueño con los problemas crónicos de salud, la depresión e incluso la obesidad. 

Otros efectos del estrés

La manera de cómo enfrentas el estrés tiene otro efecto indirecto en tu salud.

Cuando estás sometido a presión,  puedes adoptar algunos hábitos perjudiciales para aliviar el estrés  como fumar, beber demasiado alcohol o tomar drogas.

 Pero estos comportamientos son una maneras incorrecta de adaptarse a la situación  y solo traen más problemas de salud y más riesgos para tu seguridad y bienestar personal.

Es importante aprender a manejar el estrés antes de que este te maneje a ti. Solo tienes que mantenerlo bajo control.

Mira el siguiente video «fisiologia del estres»

Tener algo de estrés en la vida es normal, y una pequeña dosis puede ayudarte a estar alerta, motivado, centrado, lleno de energía e incluso entusiasmado. 

Toma medidas positivas para canalizar eficazmente esa energía y rendirás más, lograrás más cosas y te sentirás bien.

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